Limpiar tu bicicleta con una hidrolimpiadora es fácil. Nuestra guía te muestra cómo hacerlo además de algunos consejos útiles.
29.06.2022
En primer lugar, antes de empezar a limpiarla, asegúrate de que la bicicleta esté colocada de forma estable apoyándola contra una pared o un árbol, o fijándola con un soporte para bicicletas.
Trabaja con un ajuste de la presión de 20 bares. Si tu hidrolimpiadora no tiene un ajuste tan bajo, asegúrate de mantener la máquina a suficiente distancia de la bicicleta. Una presión excesiva podría dañar la pintura y los adhesivos. Empieza con la mayor distancia posible y ve acercándote poco a poco; si parece que la suciedad no se desprende, puedes reducir la distancia aún más. Utiliza el chorro más suave que te permita la boquilla de la hidrolimpiadora al limpiar la bicicleta. No dirijas el chorro directamente hacia los rodamientos o juntas, ya que podrían penetrar el agua y la suciedad y acelerar el desgaste.
No utilices la hidrolimpiadora en la cadena de la bici, ya que la presión puede dañar las piezas delicadas.
En primer lugar, enjuaga la bicicleta con el agua limpia de la hidrolimpiadora para empapar y desprender la suciedad general. Utiliza una presión baja (idealmente 20 bares) y trabaja a una buena distancia de la bicicleta. No apuntes directamente a los rodamientos y las juntas, ya que el agua que resbale por estas zonas será suficiente para desprender la suciedad.
Llena la boquilla de espuma con detergente para vehículo, colócala en la hidrolimpiadora según las instrucciones de uso. A continuación, aplica el detergente sobre la bicicleta, asegurándote de evitar las partes delicadas, como la cadena y los rodamientos. Elimina con cuidado la suciedad resistente con un cepillo suave. Para llantas, platos y piñones, puedes usar un cepillo más rígido si es necesario.
Utiliza la hidrolimpiadora para eliminar el detergente y aclarar la bicicleta con agua limpia. Sécala bien. Presta especial atención a las juntas y otras zonas donde pueda acumularse agua para evitar la corrosión.
Por último, aplica aceite con un paño en las piezas móviles, como la cadena y los rodamientos. Esta forma de lubricar previene que se acumule polvo y suciedad al no permitir el exceso de aceite.
Puedes limpiar a fondo tu bicicleta con una hidrolimpiadora regularmente o según sea necesario; normalmente basta con limpiarla bien cada dos o tres meses. De hecho, limpiar la bicicleta con demasiada frecuencia podría causar daños en juntas y rodamientos. No pasa nada si tu bicicleta acumula poco de suciedad, aunque si has estado de ruta con zonas húmedas, es mejor eliminar el barro antes de que se seque.
Una hidrolimpiadora puede ayudarte a limpiar tu bicicleta a fondo y sin esfuerzo.
Asegúrate de que la bicicleta esté bien sujeta. Utiliza una presión baja (idealmente 20 bares) y trabaja a una distancia suficiente de la bicicleta.
No dirijas el chorro de agua directamente a los rodamientos, las juntas o la cadena.
Utiliza siempre equipo de protección individual cuando trabajes, tal y como se indica en el manual de instrucciones de tu máquina.
En primer lugar, elimina la suciedad gruesa con agua y, a continuación, utiliza la hidrolimpiadora para aplicar el detergente. Elimina la suciedad con un cepillo suave y, a continuación, aclara la bicicleta con agua limpia.
Después de realizar la limpieza con la hidrolimpiadora, seca bien la bicicleta. Por último, engrasa todas las piezas móviles.
Debes limpiar la bicicleta a fondo cada dos o tres meses si la utilizas con frecuencia. Mientras tanto, suele bastar con realizar una limpieza rápida y eliminar la suciedad más gruesa como el barro. Si solo utilizas la bicicleta de cuando en cuando, basta con una o dos limpiezas al año.