Mantén la fachada en buen estado con una limpieza regular. Te mostramos cómo hacerlo de forma rápida y eficaz.
24.06.2022
Nada está tan expuesto a influencias externas como el exterior de tu casa. La lluvia, el polvo y la suciedad se asientan en la superficie, y los rayos UV, el calor y la escarcha también generan su impacto. Con el tiempo, se forman huellas visibles que no solo afectan a la estética, sino también al estado de tu vivienda. Una limpieza y conservación exhaustivas ayudan a contrarrestar estos efectos y, además, se pueden realizar sin esfuerzo con detergentes domésticos sencillos y una hidrolimpiadora.
Antes de sacar la hidrolimpiadora del garaje, debes inspeccionar cuidadosamente la fachada. En primer lugar, el tipo de superficie es importante, ya que cada material requiere un método de limpieza diferente. También se debe tener en cuenta el estado de la pared exterior. Las fachadas antiguas y dañadas solo se deben limpiar después de consultar a un especialista.
Los ladrillos clínker se cuecen a temperaturas particularmente altas, lo que provoca que los poros de las piedras se cierren para que absorban muy poca humedad o suciedad. Los exteriores de clínker son extremadamente resistentes y duraderos, por lo que con un cuidado y limpieza regulares podrás mantener fácilmente este material natural con un aspecto excelente durante muchos años. Afortunadamente, los ladrillos clínker son fáciles de cuidar, por lo que la suciedad se puede eliminar rápidamente.
El ladrillo clínker cocido a alta temperatura se puede limpiar de forma rápida y eficaz con una hidrolimpiadora.
No obstante, asegúrate de que la fachada esté hecha de clínker a alta temperatura y no de otro tipo de ladrillo: mientras que el primero puede soportar una presión de agua de hasta 200 bares, los ladrillos más blandos pueden romperse bajo alta presión. También se debe tener especial cuidado si hay ladrillos sueltos o juntas dañadas.
No uses el cepillo con movimientos circulares cuando te encargues de limpiar ladrillos clínker, ya que esto puede dañar su capa protectora.
En particular, los exteriores porosos y con un enlucido basto son susceptibles al polvo y al hollín. La lluvia hace que esta suciedad se introduzca en los huecos, por lo que no se puede eliminar fácilmente. En estos casos, el lavado con agua a presión es una gran opción.
Las fachadas de mampostería de cal y cemento se limpian perfectamente con agua a presión, aunque es importante no trabajar en un mismo punto durante demasiado tiempo, ya que el impacto del agua podría provocar la eliminación de pintura y material. Una boquilla de chorro plano ayuda a proteger el material.
Sin embargo, la resina compuesta es sensible al lavado con agua a presión. Por este motivo, primero debes probarlo —a baja presión y con suficiente distancia— en una zona discreta para ver si el lavado a presión puede dañar la fachada. Se recomienda especialmente una limpieza cuidadosa si hay un sistema compuesto de aislamiento térmico (TICS) debajo del enlucido exterior: limpia el enlucido de resina compuesta y los exteriores con aislante con un cepillo suave y un producto de limpieza suave.
Con el tiempo, la pintura y el enlucido pueden empezar a resquebrajarse, deshacerse o descascarillarse. Para evitar daños durante la limpieza, comprueba frotando la estabilidad y la existencia de grietas en la fachada. Dar pequeños golpes puede ayudarte a detectar posibles cavidades. Si detectas alguna zona dañada en una fachada enlucida, no empieces la limpieza: es hora de volver a enlucir o de abordar un trabajo de renovación.
Los revestimientos de madera requieren una limpieza cada cierto tiempo. La madera tratada está protegida de la intemperie y la humedad y debe limpiarse regularmente. Las fachadas de madera natural también son propensas a ponerse grises; si no te atrae este aspecto, puedes eliminar esa capa gris con una limpieza a fondo.
Se pueden obtener buenos resultados con una hidrolimpiadora, dependiendo del tipo de madera. Antes de limpiar una fachada de madera, asegúrate de que el revestimiento esté completamente sellado y de que el aislamiento que haya detrás no se dañe con el agua y la presión. Como precaución, limpia a mano las fachadas de madera abierta.
No utilices la boquilla giratoria, ya que el potente chorro de agua puede dañar la superficie de la madera. Sostén la boquilla de la máquina a una buena distancia (unos 25 cm) y empieza con una presión de trabajo baja. Podrás ir aumentándola si es necesario.
Continúa hasta que toda la fachada tenga un color uniforme y deja que la madera se seque. Como resultado, tu fachada de madera brillará en su color original. Durante la limpieza, se elimina la capa superior de madera, dejando una superficie rugosa y delicada. En este estado, la madera es particularmente susceptible a la humedad y la suciedad, por lo que debe sellarse adecuadamente.
Si es necesario, puedes aumentar la intensidad de limpieza de fachadas añadiendo un detergente. Comprueba previamente si el exterior de tu hogar es sensible a los ácidos. Por ejemplo, solo deben utilizarse detergentes neutros o alcalinos en piedra natural y fachadas enlucidas. Protege el medioambiente utilizando productos de limpieza biodegradables a base de ingredientes vegetales. Irás por el buen camino si utilizas el detergente para piedra y fachadas STIHL CS 100. Este producto de limpieza es biodegradable y elimina de forma fiable verdín y otros restos vegetales incrustados, manchas producidas por gases de escape acumulados, suciedad y polvo.
Paso 1: hacer un tratamiento previo
Utiliza la hidrolimpiadora para humedecer la fachada y eliminar la suciedad incrustada de la pared. En fachadas no delicadas, utiliza el limpiador de superficies STIHL RA 110. Este accesorio limpia superficies horizontales y verticales de forma rápida y sin salpicaduras. Además, la presión del agua del limpiador de fachadas puede ajustarse directamente según la sensibilidad de la superficie que se va a limpiar.
Paso 2: aplicar el detergente
Aplica el producto de limpieza sobre una zona extensa con la hidrolimpiadora y déjalo actuar durante unos minutos; no dejes que la superficie se seque completamente.
Paso 3: frotar la superficie
Si es necesario, frota la pared con un cepillo de limpieza, accesorio de la máquina.
Paso 4: aclarar suciedad y espuma
Aclara la suciedad y la espuma de la fachada con el limpiador de superficies. Trabaja de arriba abajo para evitar que la suciedad se deposite en las superficies que ya se han limpiado.
Todo lo que necesitas para limpiar pequeñas superficies y suciedad superficial es agua caliente, un cepillo de cerdas blandas y jabón o detergente. También se puede distribuir manualmente el detergente para piedra y fachadas STIHL con un pulverizador.
Paso 1: humedecer la superficie
Rocía la fachada con una manguera de jardín para humedecerla.
Paso 2: aplicar el producto de limpieza
Distribuye el detergente uniformemente por la pared de la casa. Este paso es más fácil si utilizas un pulverizador.
Paso 3: limpiar la fachada de tu vivienda
Cepilla y frota la superficie de arriba abajo. Luego, retira la suciedad con agua limpia.
Las plantas trepadoras, el verdín y los excrementos de pájaros son molestos y pueden dañar el exterior de tu casa. Para limpiar permanentemente la suciedad orgánica de las paredes exteriores, necesitarás la tecnología y los detergentes adecuados.
La hiedra tiene un verde atractivo y evita que las paredes de la casa se calienten en verano, además de ofrecer una fuente de alimento para muchos pájaros e insectos, pero esta trepadora de rápido crecimiento también extiende raíces para sujetarse que pueden dañar las paredes exteriores de tu casa.
Para retirar la hiedra de una pared:
Empapa bien los tallos con agua. Tira de las raíces o ráspalas una por una de arriba abajo. Corta los tallos que estén firmemente pegados a la pared. Trabaja lentamente para evitar dañar la superficie de la fachada. Cuando hayas retirado los tallos y las raíces de anclaje de la planta, desentierra su raíz principal. Ten en cuenta que la hiedra es una auténtica superviviente, por lo que nunca debes tirarla a la pila de compost. En su lugar, deja que la planta se seque al sol durante unos días; podrás añadirla a los residuos de tu jardín cuando esté muerta definitivamente.
Al verdín y las algas les encanta atacar a las fachadas de las casas. Muchos materiales exteriores diferentes, pero especialmente el TICS (sistema compuesto de aislamiento térmico), son susceptibles a las capas de verdín, ya que las paredes exteriores recogen grandes volúmenes de condensación. Esta humedad es uno de los recursos más importantes para el verdín y fomenta su crecimiento.
La acumulación de verdín y algas en la vivienda no es mala para tu salud ni para el edificio, aunque suele venir acompañada de hongos y moho, que sí son dañinos y deben eliminarse.
El verdín y las algas se pueden eliminar de forma fiable con nuestro detergente para piedra y fachadas y también con productos de limpieza de uso doméstico respetuosos con el medioambiente como el carbonato sódico (también conocido como "cristales de sosa" o "sosa"). Utiliza siempre gafas de seguridad cuando utilices cristales de sosa, ya que son irritantes.
Los excrementos de aves son una sustancia agresiva que también puede propagar bacterias. Afortunadamente, se pueden eliminar de las paredes exteriores con bastante facilidad. Suele bastar con mojar las manchas con agua tibia y detergente líquido, y luego enjuagarlas. También se puede utilizar una hidrolimpiadora.