La llegada de la primavera presagia una nueva temporada de cultivo. Ahora es el momento de preparar tu jardín para que florezca, crezca y se convierta en un espacio para disfrutar. No te pierdas nuestra guía, está llena de consejos para que tengas un jardín perfecto.
15.07.2021
Las macetas que se han colocado en el interior durante el invierno, necesitan una poda ligera y algunos cuidados antes de devolverlas al aire libre a finales de abril, principios de mayo. Primero elimina cualquier crecimiento invernal de color pálido, intenta airear hojas y ramas y eliminar cualquier brote viejo y marchito, así como cualquier tallo que se cruce y roce con otros. También es una buena oportunidad para dar la forma que quieres para tu planta. En general, puedes usar una tijera de poda manual; para setos o trabajos más intensos, como eliminar crecimientos leñosos de variedades en macetas grandes, quizá necesites una minisierra o motosierra de batería.
Aunque no hay una época concreta del año para iniciar la poda, es recomendable hacer la de primavera antes de que la vegetación comienza a brotar con fuerza. Esto se debe a que si esperas demasiado y cortas el nuevo crecimiento, restarás energía a la planta y la debilitarás significativamente.
Es bastante común que se produzca un crecimiento débil durante los meses más fríos; los brotes largos, débiles y de color pálido aparecen cuando no hay suficiente luz y siempre deben retirarse. Cualquier planta que haya hibernado en un invernadero u otro lugar fresco y luminoso empezará a brotar pronto. Puedes demorar este tipo de crecimiento hasta finales de febrero, pero tienes que mover las macetas a un lugar cálido y luminoso después; de lo contrario, empezarán a salir de nuevo brotes débiles y finos.
Las plantas que se han puesto a hibernar en la oscuridad necesitan salir en primavera para florecer a tiempo. A partir de finales de marzo, trasládalas a un lugar protegido contra las heladas que tenga mucha luz, donde empezarán su crecimiento hasta que las saques al exterior en abril o mayo. Si las dejas en la oscuridad demasiado tiempo, tendrán una floración tardía.
Cuando vayas a podar en primavera, debes retirar las ramas viejas, sin cortar o dañadas, así como cualquier crecimiento débil que haya surgido fuera de temporada. Trata de no dejar tocones; córtalos hasta el tallo principal o una rama lateral más gruesa. Por lo general, estos puntos se secarán y no volverán a brotar.
Los geranios, fucsias, leucanthemums y otras variedades que florecen en verano tendrán un segundo brote, por lo que puedes podarlas mucho más en primavera, dejando dos o cuatro brotes o una longitud de rama de 5-10 cm. Con este enfoque, tu jardín tendrá plantas compactas y frondosas.
Por el contrario, las adelfas solo florecerán en tallos de dos o más años de antigüedad. Aquí tienes un consejo si quieres rebajar adelfas de gran tamaño en tu jardín: si las podas demasiado y todas a la vez, no tendrás ninguna flor durante un año. En lugar de ello, te recomendamos podar por etapas, podándolas parcialmente un año y esperando hasta la próxima primavera para completar la poda.
Consejo: si tienes árboles o arbustos de maceta que han crecido demasiado, en lugar de podarlos a una altura uniforme, debes cortar un tercio los tallos y ramas individuales, esto te permitirá mantener la forma de la planta.
Esta es una regla sencilla: cuanto más podes una planta, más tardará en volver a florecer.
Es lógico que cualquier variedad de planta que crezca en jardinera deberá trasladarse tarde o temprano a una maceta más grande. Este proceso es conocido como "trasplante". En el caso de las plantas de maceta maduras, puedes hacer esta tarea cada dos o tres años, según su crecimiento. En las plantas más jóvenes probablemente debas hacerlo cada año. Cuando las raíces de la planta ocupan todo el espacio de la maceta, hay que trasplantar sin ninguna duda. Una planta cuyas raíces ocupan toda la maceta está oprimida y forma raíces muy compactas; esto se aprecia claramente en la bola que forman las raíces o en las raíces que salen por los orificios de drenaje. Cuando esto sucede, la planta ya no es capaz de absorber agua o nutrientes de forma eficiente, por lo que debe trasplantarse con urgencia.
Sin embargo, el trasplante no significa únicamente proporcionar más espacio para el crecimiento. El suelo de una maceta pierde estructura con el paso del tiempo y sus nutrientes se agotan y filtran por la lluvia, por lo que dejan de ayudar al crecimiento de la planta. Añadir tierra fresca de forma regular renueva los nutrientes disponibles y mejora la retención de agua. Las plantas de balcón necesitan renovar la tierra cada año, tanto si han hibernado como si son de nueva incorporación.
Para este trabajo de jardinería necesitarás tierra nueva, macetas del tamaño adecuado para el trasplante, un desplantador y fertilizante adecuado. Un cuchillo largo también puede ser útil si necesitas sacar las raíces apelmazadas de una planta grande en jardinera.
Puedes trasplantar las nuevas plantas que has comprado para tu balcón según lleguen a casa, aunque si es a principios de primavera no deberías ponerlas en su posición exterior final hasta principios de mayo, debido al riesgo de heladas tardías (esto puede variar dependiendo del lugar donde residas).
Si tienes macetas de balcón que han estado en el interior durante el invierno, puedes añadir tierra nueva a mediados de abril, después de podarlas para retirar los brotes de invierno. Una vez trasplantadas, muévelas a un lugar con mucha luz.
El tipo de tierra que debes utilizar para el trasplante de primavera depende del tiempo que la planta va a estar en la maceta. En el caso de las plantas de temporada en parterre, bastaría con un compost para macetas de marca blanca de un centro de jardinería: un suelo sin turba es mejor para el medio ambiente. Para prolongar la vida de las plantas en macetas (p. ej. miniárboles en jardineras y otras plantas perennes) te aconsejamos que utilices una marca de alta calidad de compost profesional o multiusos. Utiliza únicamente compost especializado con las variedades vegetales adecuadas y ten en cuenta que los árboles cítricos, las hortensias y las azaleas requieren tierra ácida especial para darse bien en macetas.
Cuando tengas que elegir una maceta para una planta grande, escoge la que tenga una base amplia y no sea más alta que ancha: esto asegurará que no se vuelque fácilmente. La grava que añadas para mejorar el drenaje aumentará el peso de la jardinera haciéndola más estable. Las macetas de arcilla y terracota son opciones clásicas. Aunque son pesadas, ofrecen ventajas específicas: cuando les da el sol, el material protege las raíces del sobrecalentamiento, mientras que a temperaturas más bajas las mantiene a salvo de las heladas. Sin embargo, si tienes pensado dejar estas macetas al aire libre durante los meses más fríos, asegúrate de que el drenaje sea excelente y que el compost no se encharque, ya que estos materiales de arcilla naturales pueden absorber la humedad, que posteriormente se congelará y agrietará el recipiente.
Si te gusta el aspecto de piedra y terracota pero prefieres una opción más económica, muchas macetas de plástico utilizan el mismo diseño. Por lo general, las macetas de plástico retienen la humedad del suelo durante más tiempo porque el agua no puede evaporarse a través de los laterales. Esto nos lleva a un último consejo de jardinería para la plantación en macetas: utiliza siempre macetas que tengan agujeros para drenaje, ya que el encharcamiento es perjudicial para todo tipo de vegetación.
Tanto si quieres trasplantar variedades recién compradas como si quieres cambiar de maceta los árboles después de su hibernación, a continuación te contamos lo que necesitas saber:
La selección de plantones destinados a la venta en centros de jardinería palidece al lado de la gran variedad de semillas disponibles. Además, las semillas son significativamente más baratas que los plantones preparados para su plantación. Cultivar a partir de semillas también es la mejor manera de disfrutar de variedades inusuales en el jardín en primavera, ya que las plantas en venta serán generalmente las mismas en todas partes. Aquí encontrarás todo lo que necesitas saber sobre la siembra de semillas.
Para sembrar semillas en macetas necesitarás las semillas, una regla o similar para nivelar, bandejas de germinación, un trozo ancho de madera o compactador para prensar, bandejas de semillas o pequeñas macetas y compost de semillas.
Es importante seguir prácticas de higiene adecuadas y, en particular, lavar todas las bandejas de semillas con agua caliente, ya que las semillas son muy delicadas y los organismos nocivos pueden dañarlas rápidamente o incluso destruirlas. Por lo general, solo debes utilizar el compost de semillas indicado, ya que es bajo en nutrientes lo que hará que tus semillas germinen a buen ritmo, desarrollando las raíces suficientes para poder absorber lo máximo del suelo. La formación de una buena cantidad de raíces significa que tus siembras estarán bien preparadas para convertirse en plantas fuertes una vez que se trasladen a su lugar final de crecimiento.
Si estás sembrando directamente en terreno abierto, no necesitas compost de semillas. En general, las flores de verano se pueden sembrar directamente en los parterres a partir de abril-mayo, lo cual hace innecesario un paso previo en maceta. En el caso de algunas verduras de raíz, como las zanahorias, la siembra directa es la única forma de cultivar a partir de semillas, ya que no obtendrás buenos resultados si trasplantas la plántula más tarde. Por otro lado, la siembre en interiores es esencial para algunas variedades (por ejemplo, tomates y berenjenas), ya que requieren mucho calor para germinar.
¿Tienes dudas sobre qué semillas o qué plantas de jardín se plantan en primavera? Lo primero que debes saber es que las semillas deben sembrarse en macetas individuales o en bandejas de germinación, dependiendo del tamaño de la semilla. Las semillas más grandes pueden sembrarse una o dos en una sola maceta, donde pueden permanecer hasta que se trasplanten. Por lo general, las semillas pequeñas comienzan en bandejas de germinación poco profundas, donde se cultivan en grandes cantidades. Así es como se consigue: llena una bandeja hasta la mitad con compost de semillas y prensála suavemente con los dedos. A continuación, amontona más tierra en la superficie para que se apile sobre la parte superior de la bandeja sin compactarla. Utiliza una regla o similar para sacar la tierra hasta la altura de la bandeja. Sujeta la regla en un ángulo de 45° durante el proceso y asegúrate de deslizarla más allá del borde de la bandeja. Finalmente, usa un trozo ancho de madera o un compactador para presionar la tierra hacia abajo en el centro de la bandeja. Distribuye las semillas uniformemente sobre el compost preparado en la bandeja de germinación y, a continuación, esparce un poco más de compost sobre ellas. Consejo: para facilitar la siembra de semillas extremadamente pequeñas, como las semillas de begonia, mézclalas con arena seca fina y distribuye la mezcla por la bandeja con un colador de té.
Los tiempos de germinación varían en función de las diferentes variedades. En las bandejas de germinación, una vez que las plántulas hayan formado un par de hojas lo suficientemente grandes como para sujetarlas, estas deben trasplantarse a pequeñas macetas para que crezcan antes de plantarlas al aire libre. Saca solo las plántulas más fuertes.
La mejor manera de regar plántulas delicadas es utilizando una regadera. Cubre la bandeja con algo transparente, puedes utilizar, por ejemplo, un film transparente. De este modo se evita que las semillas se sequen.
Las semillas crecen hacia la luz, lo que significa que a menudo terminan en ángulo. Aquí un consejo para evitar que esto suceda: forra una caja de cartón con papel de aluminio y coloca tu bandeja de germinación en el interior con el extremo abierto de la caja orientado hacia la fuente de luz. Gracias a la luz solar reflejada, las semillas que crecen en una caja de luz como esta tienden a ser significativamente más fuertes.
El cielo es el límite cuando se trata de elegir qué cultivar, tanto si piensas en una jardinera, como en una maceta en el balcón o un jardín entero. Solo necesitas asegurarte de que todas las plantas que pongas juntas tengan necesidades similares, para que todas prosperen. Por norma general, tienes que colocar las variedades más pequeñas en la parte delantera de los parterres y las variedades más altas en la parte posterior. Aparte de eso, puedes elegir qué flores plantar en primavera y decidirte por una colorida mezcla de ellas o decantarte por una armonía monocromática, ¡lo que tú prefieras! ¡Haz florecer esta estación tan llena de color!